Cada año intento pasar un par de días de verano en el campo (y en Polonia :-). En plena naturaleza, donde el aire huele a flores y me rodea un inmenso espacio abierto, por fin puedo olvidarme del resto del mundo, desconectar y relajarme. Allí me siento tan natural y simplemente feliz como en ningún otro sitio.
Creo que los protagonistas de esta sesión de fotos (una familia polaca que la quiero mucho!) también sienten lo mismo 🙂