Hay familias (y este es el mejor ejemplo) que nada más conocerlas se olvidan de mi o mejor dicho, de la presencia de mi cámara fotográfica. Se relajan, disfrutan de su tiempo juntos y entre abrazos, los pequeños gestos de amor, besos, cosquillas y risas ocurre algo mágico que tanto me gusta captar.
Querida famila! Les quiero dar gracias por haberme regalado esta preciosa tarde. Sois una familia maravillosa y Alba es un verdadero sol (cuánta paciencia tiene esa niña 😉
Espero que gracias a este regalo de vuestra amiga tengan un bonito recuerdo para toda la vida.